
Acerca de
דוכיפ dukiphath الهدهد alhadhad
Parte I
"de"
Texto dedicado a las víctimas del genocidio en Gaza.
Eres ave. Ave-símbolo de la nación impuesta por una historia de duelos y odio. Eres el ave. El
ave de la tierra de Cristo, el ave que no debe comerse por el pueblo judío. El ave que ayudó al
rey Salomón en el desierto. El mensaje de un mundo invisible que me dice en cada siesta que
sigues en tu vuelo, haciendo la migración por el continente asiático, para luego llegar a la
península ibérica. Has dicho que conocías los secretos de la creación, pero creo que aún no
logras descifrar tus propios secretos, y con cada aparición que haces en mi estado de vigilia,
logras entender algo nuevo. En mí con ojos cerrados te comprendes.
Me has hecho saber que en tus labios llevas el nombre escrito de dios, pero te he pedido
que no me evangelices, que podrás contarme la historia de la humanidad, la historia de
Jerusalem, de su ocupación y su (vigilancia) genocidio, pero que no convertirás mis pensamientos paganos
en puros. Crees saber donde hay agua dulce, pero te has perdido en el río. Me has llamado
diciendo que necesitabas regresar a casa. Las aves migratorias no se pierden, siempre
conocen el camino, y las aves migratorias no tienen casa, tienen muchas casas.
¿Para qué serviría la vida si no se amara? Me dijiste antes de despertar de la
siesta.
Parte II
"según"
Monasterio de San Jerónimo de la Murtra, octubre de 2021.
Los monasterios en la cima de montañas parecen ser una constante en Europa, quizás la única manera de mantener a un grupo de gente lejos de las pasiones terrenales es subiéndoles a un cerro, lejos del resto de la sociedad, lejos de lo que desea la carne, con sueños húmedos todas las noches pero con la imposibilidad de llevarlos a cabo. Los Jerónimos son conocidos por ser ermitaños castellanos, una orden contemplativa que permanecen en silencio y soledad, siguiendo la vida de San Jerónimo como ejemplo.
En Badalona hay un Monasterio de Jerónimos que se encuentra en lo alto del Parque de la Sierra de Marina, de la playa al monasterio es 1 hora caminando. Parte del camino es de subida, hay que cruzar la C31, se pasa al lado del estadio municipal, entre el parque G4 y el G5, se cruza la B20, para finalmente adentrarse a la reserva natural. En ésta, hay que cruzar por pequeñas veredas de tierra, entre arbustos de Limoncillo -Pectis papposa-, algunas flores de serpiente -Bulbine frutescens-, gaura blanca y rosa -Oenothera lindheimeri-, entre otras especies que se pueden ver por todo el parque.
Hace unos días le hice una canción a la abubilla, y así la titulé: Canción a la abubilla. A veces, cuando tengo una nueva canción, la grabo con el celular, para poder después recordar la melodía, los acordes, la manera en que acomodo las palabras. El día 15 de septiembre, La Esperanza de Pedro tocó por primera vez en vivo la canción. Como una prueba absurda y sin haber ensayado antes, Javiera y yo tocamos y cantamos para un público muy reducido. De camino al monasterio recuerdo la canción y escucho la grabación de la primera versión que tengo en el celular. Primero la versión en inglés y luego la versión en español.
So I'm asking you for one last night
I'm asking if you're not afraid
while the hoopoe is chirping outside
I'll wait as much as it takes
Mientras escucho esta última parte de mi lado izquierdo, a la altura del parque G5, veo unas manchas de color clementina saltar y picotear la tierra, pienso que son más petirrojos, me acerco. El pico es largo y afilado, las alas tienen franjas blancas y negras, y una cresta de los mismo colores. No puedo creer lo que estoy viendo. Las sigo, una se posa en un árbol y me deja tomarle fotos. De mis ojos salen un par de gotas cálidas, le escribo a Javiera para contarle lo que acaba de suceder mientras escuchaba la canción que habíamos tocado unos días atrás.
Recuerdo haber estado esperando que regresaras de tu vuelo migratorio entre la Península
Balcánica-Estrecho de Gibraltar-Córcega-Baleares-Sáhara de Argelia, y hoy has decidido hacer
parada en Badalona, mientras caminaba hacia el Monasterio de Jerónimos y cantaba para
verte.
No estoy dormida, no estoy en un estado que no sea el de la atención total; es el ave que viene del desierto, que ha estado pisando tierra ocupada, y que ahora a su paso por la península ibérica se detiene unos minutos a decirme que sigue ahí, migrando, visitando, migrando de continente en continente, pero siempre deteniendo el vuelo para visitar. Después de esta parada, la abubilla se dirige a África, donde pasará el invierno, para posteriormente volverse al lugar del origen, de origen de la primer abubilla, y del origen de los pueblos de dios.
Al llegar al monasterio noto ardor en el talón derecho, me quito el calzado deportivo y veo un gran agujero en el calcetín que estaba ocasionando una apertura roja en la piel. Trato de cubrir el hoyo haciendo un doblez del calcetín, y me vuelvo a poner los nikes verde-bosque. No encuentro la entrada. Hay un portón grande de madera con un anuncio en catalán, toco el timbre, pero nadie abre. Vuelvo a presionar el timbre y nadie abre. Del lado izquierdo hay una puerta pequeña, con un papel que dice que para las visitas al monasterio se toque, esta vez una voz por el interfono me pregunta que qué deseo, y al comunicarle que quiero conocer el monasterio me dice: son 3 euros, le comento que está bien, me dice que espere, espero.
Minutos después me abren la puerta.
Autoría: Renée de Pedro (2021)